Empezar un negocio propio no es una tarea fácil. De hecho, requiere de mucha perseverancia, pasión, determinación, paciencia y disciplina.
Pero realmente es muy gratificante ser tu propio jefe, y sobre todo, ser capaz de mejorar la calidad de vida de otras personas con tus propios productos o servicios.
No obstante, hay que ser realistas y aceptar que no todos saben cómo emprender sus propios negocios, o cómo despedirse de empleos tradicionalistas sin sufrir un colapso nervioso.
Esto es lo que debes saber antes de emprender
Antes de emprender un negocio propio debes deshacerte de sueños irrealistas, ajustar tus espectactivas al momento actual y tomar decisiones inteligentes.
Lo primero que debes hacer es pensar qué negocio montar, e identificar qué tipo de emprendedor eres.
En especial porque la vena emprendedora, o empresarial, no es innata en todo el mundo. Al contrario, a muchos les cuesta deshacerse de su mentalidad de “empleado”.
Sin duda, el emprendimiento es un camino muy complejo de transitar, especialmente si no eres organizado.
Pero si te cansaste de trabajar por los sueños de un tercero, y quieres tomar el control de tu vida de una vez por todas, es necesario que tomes acción cuanto antes.
Pasos para emprender un negocio propio:
Iniciar un negocio propio es retador y desafiante, pero es una idea que te puede cambiar la vida para siempre.
Y aunque puede haber muchos tropiezos en el camino, e incluso, uno que otro fracaso, la clave está en levantarte de nuevo y seguir intentándolo.
Recuerda que el éxito no llega de la noche a la mañana, y que mucho menos te conseguirá de brazos cruzados.
Si quieres transformar tu vida, vivir la vida con la que siempre has soñado, y dirigir un negocio rentable, debes trabajar duro y esforzarte al máximo.
No obstante, este proceso puede ser muy abrumador al principio, especialmente si te estás estrenando como emprendedor.
La buena noticia es que hoy te contaremos por dónde empezar, o qué hacer para arrancar un negocio propio. (Incluyendo los pasos a seguir para minimizar riesgos y maximizar los resultados).
Estas son algunas de las tareas que deberías seguir si quieres independizarte económicamente con un emprendimiento propio:
1. Piensa en una idea de negocio
Explorar diferentes ideas de negocio es crucial para saber cuál de ellas te resultará más atractiva y rentable.
También te servirá para identificar tus puntos fuertes, habilidades, intereses, y hasta tu mayor pasión.
Muchos empresarios exitosos triunfan cuando deciden confiar en sus pasiones, seguir su instinto y estudiar bien el mercado.
Esa combinación los acerca a la victoria y les permite dedicarse a una actividad realmente lucrativa y placentera.
2. Haz un estudio de mercado
Este uno de los pasos fundamentales a la hora de iniciar un negocio propio, porque al hacer un estudio de mercado manejas la siguiente información:
- Necesidades actuales de tus potenciales clientes.
- Comportamientos del mercado.
- Tendencias.
- Datos demográficos de tu audiencia.
- Comportamientos de compra.
- Oferta y demanda.
3. Valida tu proyecto de negocio
Adicionalmente, necesitas validar si tu idea de negocio complacerá a tus clientes. La validación es necesaria para saber si las personas pagarían o no por tu producto.
Actualmente existen muchas formas de lograr este cometido, tales como:
- Configurar un espacio, o una tienda, que te permita tomar pedidos por adelantado.
- Realizar una campaña de crowdfunding para saber quién, o quiénes, estarían interesados en financiar tu proyecto.
- Hacer una Prueba de Concepto (POC) y ofrecer tu producto o servicio en tiempo real.
4. Busca un nombre atractivo y comercial
Buscar nombres de empresas puede ser un proceso tedioso. Pero si dejas volar tu imaginación, y le sacas el máximo provecho a tu creatividad, se te podría ocurrir uno muy atractivo y comercial.
Aunque existen algunos criterios importantes que debes considerar en esta fase del proceso. Por ejemplo, debes tener en cuenta que:
- El nombre de tu negocio debe reflejar lo que vendes u ofreces.
- Debe ser claro, breve, fascinante y único. La idea es que no sea utilizado en otro emprendimiento similar.
- También es importante que sea corto, sencillo y fácil de recordar.
Si no sabes por dónde empezar te recomendamos investigar los nombres más comunes dentro de tu nicho de mercado.
Esta actividad tan sencilla podría inspirarte, o despertar tu capacidad creativa para encontrar el nombre ideal para tu negocio.
Además tienes a la mano herramientas como los generadores de nombres para que puedas llegar a la opción que más te guste.
5. Crea un plan de negocios
Este documento te ayudará a formalizar tu idea de negocio, y también te permitirá poner en marcha el proceso de creación.
Puedes iniciar con un plan de negocio tradicional, el cual abarca los siguientes apartados o elementos:
Resumen ejecutivo
Describe la naturaleza del negocio, es decir, su visión, misión, los problemas a resolver y hasta sus proyecciones financieras.
También incluye el objetivo de la futura compañía, su historia, equipo, ubicación y empleados (en caso de que aplique).
Productos y servicios ofrecidos
Reseña con detalle el producto o servicio que ofrecerá tu negocio, así como las necesidades que satisfacerá en tu público meta.
Análisis de mercado
En este análisis se tocan varios puntos, tales como:
- Visión del sector: sirve para analizar, investigar o evaluar a tus posibles competidores.
- Clientes potenciales: el objetivo es describir al grupo de consumidores: desde sus necesidades, hasta su ubicación, comportamientos, gustos, intereses y tendencias.
- Precios y ventas: define el costo de los productos, la cantidad que se espera vender y sus respectivas ganancias.
- Competencia: estudia los puntos fuertes y débiles de tu competencia directa e indirecta.
6. Solicita financiamiento
Hay ideas de negocio que puedes poner en marcha con poco dinero, pero lo cierto es que la mayoría de los negocios requieren una inversión inicial.
Aunque el monto dependerá del tipo de negocio que hagas, es aconsejable que dispongas de capital para arrancar.
Y en caso de no tenerlo deberás evaluar las opciones de financiamiento, o apoyo, que te resulten más favorables. Estas son algunas sugerencias a tener en cuenta:
- Inversionista ángel.
- Plataformas de crowfunding.
- Micro créditos para pequeñas empresas.
7. Desarrolla tu producto o servicio
En este punto es importante que sepas que puedes adoptar alguno de estos tres enfoques al tener tu negocio propio:
- Creación de un producto propio.
- Redefinición de un producto existente en el mercado.
- Triangulación de envíos (Dropshipping).
8. Construye la base de tu negocio
Todo negocio debe tener una base sólida. De modo que para construirla necesitas:
- Formar un equipo de trabajo que esté enfocado en el éxito y en la excelencia. Si tu eres tú propio equipo, sé disciplinado y perseverante.
- En caso de que tu negocio esté vinculado al mundo de las ventas, recluta a vendedores y proveedores calificados y con una buena reputación.
- Selecciona un espacio acogedor para tu negocio.
9. Crea un sitio web para tu negocio
El comercio electrónico ha crecido exponencialmente en los últimos dos años a nivel internacional.
Según cifras de Statista, las ventas minoristas del ecommerce superaron los 4 mil millones de dólares en el 2021, en el mundo entero.
No obstante, se estima que esa cifra crecerá un 50% durante los próximos cuatro años. Por lo tanto, podría superar los 7 mil millones de dólares.
En consecuencia, es imperativo tener presencia en el mundo digital para escalar negocios y emprendimientos con éxito.
Entonces, si tienes un negocio propio que opere en el mundo offline no dudes en desarrollar un sitio web.
Tener presencia en el entorno digital te ayudará a expandirte a un ritmo más vertiginoso, y te permitirá ganar mayor autoridad y relevancia.
10. Lanza tu negocio y enfócate en su crecimiento
El último paso consiste en lanzar tu negocio. Y es innegable que esta fase te exigirá tiempo, dinero y estrategia.
Puedes apoyarte en campañas de marketing, estrategias de posicionamiento pago y orgánico en motores de búsqueda, pagos por clic PPC, redes sociales y más.
Si no tienes experiencia al respecto, ni mucho menos tiempo para obtener nuevos conocimientos, lo más aconsejable es que te asesores con un especialista.
De esta forma podrás optimizar tu presupuesto y reducir los tiempos de trabajo, ya que dejarás estas tareas en manos de un experto.
Principales ventajas de tener un propio negocio
1. Podrías acercarte a tu independencia financiera.
2. Tomarás el control de tu vida. Diseñarás tu propio horario, tomarás tus propias decisiones y serás tu propio jefe.
3. Tu nuevo emprendimiento podría generar ingresos significativos y recurrentes.
4. Ampliarás tus campos de experticia porque deberás involucrarte en todos los aspectos del negocio: marketing, ventas, finanzas, recursos humanos, etc.
5. Tendrás la satisfacción de que alguien más confiará en tus productos o servicios.
6. Crearás riqueza. Esto podría llevarte un tiempo, pero con paciencia y perseverancia podrías conquistar esta meta.
Desventajas de este tipo de emprendimientos
Conocer algunas desventajas asociadas a este tipo de emprendimiento te ayudará a tener expectactivas más realistas, y a iniciar este proceso con los pies bien puestos sobre la tierra.
Estas son algunas desventajas que podrías experimentar si decides dejar la figura del empleado a un lado, y dirigir una empresa por cuenta propia:
No tendrás tiempo de sobra:
Pensar que vas a trabajar menos, tras convertirte en tu propio jefe, es un error fatal. Lo que realmente sucederá es que trabajarás como nunca antes (incluso horas extras).
Sin embargo, la mayor recompensa es que invertirás tiempo en un proyecto que te generará ganancias a ti, en lugar de trabajar por las ganancias de un tercero.
Es probable que fracases:
Muchas mentes millonarias debieron enfrentarse a fracasos estrepitosos durante su búsqueda del éxito.
Por lo tanto, existe la posibilidad de que tu nuevo negocio no sea tan próspero como lo habías proyectado.
Es importante que entiendas que eso es completamente factible y válido, y sobre todo, que no pierdas de vista que puedes volver a intentarlo una y otra vez.
Además, detrás de cada gran fracaso hay un profundo aprendizaje. Usa tus caídas para mejorar y para identificar nuevas oportunidades de negocios, crecimiento personal y profesional.
Si mantienes una actitud positiva durante los tiempos difíciles, en vez de sentirte derrotado, el proceso te resultará más amigable.
Aumentarán tus responsabilidades:
Cuando te conviertes en empresario, e inicias un negocio propio, estás obligado a pagar impuestos, sueldos, beneficios, servicios básicos, alquiler, etc.
La lista de gastos se vuelve más extensa, y al final del día, tú eres el único responsable de que estos sean cubiertos de manera adecuada.
¿Por qué deberías tener tu propio negocio?
Es cierto que gestionar un negocio propio involucra un sinfín de tareas, cambios, riesgos y responsabilidades.
Pero quienes se han animado a dar ese paso afirman que es lo mejor que les ha pasado. Esta decisión tiene el poder de transformar tu vida, ya que puede acercarte al trabajo de tus sueños.
Son muchos los beneficios que puedes obtener cuando diriges una empresa autónoma; siempre y cuando trabajes duro y avances en la dirección correcta.
Y si todavía te preguntas por qué deberías sumarte al mundo del emprendimiento, te invitamos a prestarle atención a estos motivos:
- Trabajarías en algo que realmente te apasiona y eso es un factor crítico de éxito.
- Establecerías tu propio itinerario de trabajo.
- No dependerás de terceros, sino de ti mismo y de tus propias destrezas, habilidades y capacidades.
- Serás tu propio jefe.
- Trabajarás duro, pero si haces las cosas bien tu esfuerzo será recompensado.
Diferencias entre emprender y trabajar para alguien más
A continuación te presentaremos cuatro grandes diferencias entre un emprendedor y un empleado:
Tipo de mentalidad:
El emprendedor, o el dueño de una empresa, suele tener una mente más proactiva, creativa y positiva. Además, su aversión al riesgo no es elevada.
Por su parte, existen empleados que prefieren conservar el status quo. Son personas que pueden pasar años desempeñando el mismo cargo y que generalmente le temen al cambio.
Toma de decisiones:
Los dueños de negocios toman sus propias decisiones. Nadie les dice qué camino elegir, y tampoco existen terceras partes con injerencia en sus emprendimientos.
Aunque sí son receptivos con sus mentores, o personalidades claves, como pudiesen ser sus socios o inversionistas.
Por ende, suelen sentirse cómodos tomando consejos, o analizando otros puntos de vista, pero sin dejar de lado que ellos son los únicos que tienen la última palabra.
En cambio, los empleados deben esperar que su jefe, u otro superior, tome las decisiones relacionadas con el departamento, empresa o cargo.
Esto significa que son personas pasivas a las que se les permite opinar y aportar ideas, pero no tomar grandes decisiones por cuenta propia.
Grado de independencia:
Los empresarios o emprendedores tienen libertad para organizar su tiempo y sus agendas. Ellos deciden cómo, cuándo y dónde trabajar.
Mientras que las personas que trabajan para alguien más están atadas a horarios de oficina y a jornadas labores poco flexibles.
Además, deben respetar las políticas y condiciones de la empresa en donde trabajan (a pesar de que algunas pudiesen causarle desagrado).
Nivel de disciplina:
Cuando eres el dueño de una empresa debes trabajar en tu disciplina, y también desarrollar hábitos de alto rendimiento. De lo contrario, podrías desistir ante la primera crisis que se te presente.
Si eres disciplinado y te mantienes enfocado en tu proyecto, podrías superar los obstáculos con mayor rapidez y empatía.
Es importante que entiendas que nadie se va a esforzar más que tu en darle vida a tu proyecto, y que deberás invertir dinero, tiempo y esfuerzo en impulsarlo.
Si tienes la disciplina necesaria para hacer lo que debes hacer, incluso aunque no quieras, no tengas ganas o estés cansado, podrías alcanzar el éxito.
En cuanto a los empleados, hay que decir que muchos de ellos también son disciplinados. Sobre todo los que ejercen altos cargos, o son piezas claves en una empresa u organización.
Pero realmente no tienen otra opción. Deben cumplir con su trabajo y generar resultados (igual que un emprendedor).
De modo que la mayor diferencia radica en el objetivo final: los empresarios trabajan en sus propios proyectos, mientras que los empleados trabajan, con disciplina, en los de alguien más.
¿Estás listo para emprender tu propio negocio?
Iniciar, impulsar y expandir un negocio propio podría ponerte a prueba en reiteradas oportunidades.
Pero si confías en tu proyecto y trabajas duro para materializarlo, es probable que tu vida mejore dramáticamente.
Ten la valentía de dar ese paso hacia el emprendimiento, y no inviertas tu recurso más preciado (tu tiempo), en trabajar en los sueños de alguien más.
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Felicitaciones 👏
Muchas gracias Rodrigo por tu opinión, esperamos poder compartir información de valor que le sirva a todos.