Amar lo que haces, eso tan místico nos ha llevado a pensar que lo correcto es seguir nuestra pasión. Hasta el mismo Steve Jobs lo dijo en su famosa conferencia en Stanford:
«La única manera de hacer un gran trabajo es haciendo algo que amas. Si aun no lo has encontrado, no dejes de buscar. No te conformes.»
El problema es que el consejo de seguir tu pasión puede ser algo peligroso, pues puede que no tenga nada que ver con amar lo que haces.
Así que en lugar de recomendarte esto, te compartimos estos 7 hábitos que deberías practicar en lugar de seguir este consejo, que compartió Aaron Orendorff en un artículo para Mashable.
Si bien puede ser controversial, solo regálate unos minutos para conocerlos antes de seguir con tu rutina, ¿igual qué tienes para perder?
1. No se trata de pasión, sino del propósito:
El problema con la pasión es que está centrada únicamente en ti. Mientras que el propósito de tu vida se trata de los demás, de algo más grande que tú. Este te enfoca en servir, amar, atender y ayudar a las otras personas.
En definitiva, la pasión te hace más grande, pero el propósito te conecta con algo más grande que tú haciéndote sentir mejor. Y allí radica el poder de amar lo que haces.
2. Amar lo que haces se trata de elegir:
Hoy en día es mucho más valioso aprender a decir no, que siempre decir Sí.
Cuando aprendemos a decirlo, tendremos tiempo para descubrir realmente qué queremos hacer y no gastaremos nuestro tiempo haciendo cosas para quedar bien con los demás.
Amar lo que haces se trata de escoger sabiamente cómo invertir nuestro tiempo; así que detente, analiza, evalúa, considera tus posibilidades y una vez tengas claro qué quieres, decide.
Y sobretodo aquellas decisiones que están relacionadas con nuestra «pasión», ya que si realmente quieres hacerlo, encontrarás los motivos suficientes para superar un «No».
3. No se trata de pasión, sino de práctica:
La clave para amar lo que haces no se trata de encontrar tu pasión, sino de descubrir y desarrollar un interés por algo en particular.
¿Cómo se logra esto? Entregándote, enfocándote y dando lo todo de ti por convertirte en el mejor, lo cual te llevará a dominar el tema.
[publicidad_articulo]Encontrarás cuál es tu camino cuando dejes de pensar en tus debilidades y te enfoques, por días, meses y años, en mejorar aquello que te interesa.
Lastimosamente, a la gran mayoría le encantan los atajos. Seduce la idea de poder lograr más, haciendo menos y de manera más rápida. Sin embargo, hay momentos en la vida donde esto no aplica, como es el caso de escoger tu proyecto de vida y poder amar lo que haces.
4. No se trata de pasión, sino de planear:
La pasión suele desconectarnos de la realidad. Es por esto que necesitamos la planeación, necesitamos definir unos objetivos medibles, alcanzables, definidos en el tiempo y específicos. La planeación nos baja de esa nube y nos confronta con la realidad.
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La planeación de tu futuro no debería enfocarse en pensar en todas las cosas que tienen que salir bien para lograrlo, sino considerar todas las posibilidades de lo que puede salir mal y tener una solución para estos momentos difíciles.
5. No se trata de pasión, sino de posicionarte:
La pasión solo puede llevarte hasta cierto punto. Luego de esto, necesitas tener las habilidades, herramientas, recursos y conocimiento para mantenerte y amar lo que haces.
Para esto deberás tomar riesgos y estar dispuesto a seguir creciendo. De otra manera no podrás posicionarte como una autoridad, y hacerlo es clave para asegurarte que estás preparado para cuando las oportunidades de negocio se presenten.
Libros recomendados:
¿Qué hace la mayoría de personas? Creen que la pasión es suficiente y se consideran leyendas en sus mentes. Sin embargo, para amar lo que haces esto no es suficiente. Tú necesitas apalancarte en lo que has logrado para avanzar hacia el siguiente nivel.
Esto implica relacionarte con otros, entender cómo te perciben, la confianza que generas, entre otras habilidades esenciales que caracterizan a las personas exitosas.
6. No se trata de pasión, sino de una visión periférica:
La pasión nos hace miopes. Nos enfocamos tanto en ese deseo dentro de nosotros, que perdemos de vista aquello que nos rodea. La objetividad, que es la capacidad de ver el mundo como realmente es, se atrofia ante la luz de la pasión.
Ahora bien, adoptar una visión periférica de las cosas nos obliga a examinar los márgenes; aumenta nuestro punto de vista y permite que identifiquemos nuevas oportunidades que se dan más allá de nuestro interés.
Amar lo que haces no puede convertirse en una razón válida para dejar de buscar nuevas tendencias, oportunidades, ideas de negocios y ofertas que hay fuera de nuestro contexto diario.
7. Amar lo que haces se trata de perseverancia:
Las personas suelen olvidar la importancia del deseo de aprender y de superarse a ellos mismos, algo fundamental para alcanzar cualquier cosa y que se conoce como perseverancia.
Y aunque esto suene extraño, la perseverancia no solo se trata del esfuerzo sino de enfrentar tus egos.
Las personas que están extasiadas de pasión son maestros en cometer los mismos errores bajo el pretexto de «superar dificultades»; mientras que los estudiantes asumen una posición mucho más humilde, aprenden de sus fallas y continúan en su camino.
En definitiva, la pasión no es algo malo siempre y cuando se analice de la manera correcta. O dicho de otra forma:
[easy-tweet tweet=»La pasión es el resultado de la excelencia, no la fuente de la misma.» user=»EmpHistorias» template=»light»]Más allá de ser una fórmula mágica, la pasión puede enceguecernos, hacernos tomar caminos equivocados e incluso enfrentarnos a nosotros mismos; y es por esto que el consejo de «seguir tu pasión» es tan peligroso.
Estos hábitos demuestran que amar lo que haces va más allá de seguir tu pasión, y que si realmente queremos utilizar esa llama de la que tanto hablaba Steve Jobs para impulsarnos, en lugar de quemarnos deberemos, deberemos revisar nuestras decisiones diarias.
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