Ser pobre es algo demasiado costoso


Algunas personas piensan que ser pobre es algo sencillo. Piensan que no tienes el suficiente dinero para comprar muchas cosas, así que estás obligado a vivir como te toca y no como quieres, te toca vivir con menos.

Sin embargo, así no es como funciona la realidad. Cuando estás quebrado, no puedes hacer todas aquellas pequeñas cosas que mejorarán tus ingresos o presupuesto en el largo plazo.

Es por esto que ser pobre es algo demasiado costoso

Por ejemplo, no puedes comprar tu comida en grandes cantidades, tampoco comprar cosas de calidad que duren más tiempo o tener tus propios dispositivos o aparatos tecnológicos en vez de alquilarlos.

Hasta el solo hecho de ahorrar te cuesta dinero, y peor aun, la pobreza viene con ciertos gastos ocultos e intangibles que lo único que hacen es entrarte aun más en esta pésima condición. Aquí los tienes

La comida puede ser económica, pero alimentarte sanamente es costoso:

Cualquier estudiante universitario puede corroborarlo , conseguir comida cuando eres pobre no es tan difícil (o sino, mira cuánto cuesta la comida para microondas).

El problema es conseguir comida saludable, ya que la sopa de fideos de microondas por ejemplo, se compone de 20% de calorías “vacías” y un 80% de sal. Si te pasas la mayor parte de tu vida comiendo este tipo de alimentos, tu salud se verá fuertemente afectada y tu vida correrá peligro.

Cuando se pasa por situaciones económicas difíciles, las personas valoran el tiempo por encima de la salud, y la comida rápida se convierte en una alternativa mucho más agradable que cocinar en casa.

Es más, la comida en la calle terminaba siendo muchísima más económica que ir al supermercado y luego ir a cocinar. Por ejemplo, una lata de gaseosa es mucho más barata que un jugo de naranja o vaso de leche, así que la decisión de qué tomar aparte del agua no requiere de mucho análisis.

Ahora, si llevas una dieta de este tipo durante años las consecuencias serán terribles. Incluso, puede mejorar tu situación económica y estos hábitos quedan arraigados en tu día a día.

Lo más seguro es que pienses: «una vez empiece a ganar más dinero, cambiaré mi forma de alimentarme». Lo que no sabes es lo que cuesta cambiar un hábito que llevas ejerciendo por tanto tiempo seguido, se lo puedes preguntar a quienes llevan años intentando dejar el cigarrillo.

De acuerdo a un estudio realizado por la Harvard School of Public Health, las comidas saludables cuestan mensualmente 45 dólares más, en promedio, en comparación con la comida “chatarra”. Si tienes dinero, esto no es problema, pero cuando ganas un salario mínimo y no tienes otra fuente de ingresos, el tema de la comida saludable se convierte en algo poco “rentable”.

Podrás estar pensando: “¿A quién le importa la comida saludable cuando apenas se puede pagar la renta? ¿Sabes qué sí tiene una consecuencias graves sobre la salud en el largo plazo? Que te saquen de tu casa. Así que pagaré la renta hoy y me preocuparé por un paro cardiorrespiratorio mañana.

Cuando eres pobre no te puedes permitir pensar en el largo plazo

Muchas personas saben que es más económico comprar la comida a granel, pero no tienen la capacidad para hacerlo.

Muchos saben que esas sopas de fideos y comida “basura” los matará algún día, pero mientras que ese día no llegue antes del día del pago de la renta, todo estará bien.

Muchos saben que es mejor cocinar en la casa, pero al igual que muchas personas en esta situación, tener dos trabajos para sostenerse no es nada raro y no hay tiempo para cocinar.

Cuando eres pobre no tienes tiempo para ser saludable, y no tienes el suficiente dinero para poder ahorrarlo.

Los carros baratos cuestan más repararlos, y el transporte público es un consumidor acérrimo de tu tiempo:

Tener un trabajo no sirve de nada si no tienes cómo llegar a él. Tener un carro propio es algo costoso, incluso después de pagar la cuota inicial que es lo más difícil.

Ahora, el transporte público puede ser más económico y viable para salarios bajos, pero este no siempre está disponible en todas las ciudades ni para todos los lugares hacia donde necesitas ir.

Es por esto que cuando eres pobre, el transporte tiene dos costos ocultos cuando eres pobre:

Primero, muchas de las reparaciones costosas que un auto necesita son evitables, siempre y cuando tengas el dinero para repararlo a tiempo y hacer los ajustes necesarios. Por ejemplo, un cambio de pastas de frenos, líquido o aceite para el motor o una simple revisión pueden evitarte un problema muchísimo mayor en tu carro.

Si no cambias unas simples pastas de frenos, esto podría afectar seriamente los rotores de las llantas. ¿Cuál crees que es más económico de cambiar? Entre más tiempo dejes pasar, más costoso será la reparación.

Cuando eres pobre no es cuestión de no querer gastar el dinero reparando el carro, es cuestión de que no hay para hacerlo.

El transporte público es una buena opción, pero como mencionamos, no todas las ciudades lo ofrecen, y si lo hacen, esto tampoco significa que sea grandioso. Con ese transporte tienes que asumir un costo totalmente distinto: el tiempo.

Lo que sería un recorrido de 15 minutos se convierte en un viaje de una hora. Si pierdes un bus, el retraso será como mínimo de 15 minutos. Lo peor es que tan solo tienes unas cuantas horas libres al día, las cuales podrías utilizar para preparar una comida decente y saludable, pero no puedes porque debes viajar en transporte público.

Desafortunadamente el transporte público no es la opción más óptima. Si tu carro se daña y no tienes dinero para repararlo, tendrás que ajustar nuevamente tu salario, o hasta perderlo porque no tienes cómo llegar hasta él.

Incluso, el costo de tu tiempo en el transporte público hace que no puedas participar de actividades que pueden sacarte de la pobreza, como lo es la educación. Irónicamente, el simple hecho de ir a trabajar es difícil, ya que trabajar implica ciertos costos que la pobreza no ve viables.

Necesitas vestirte bien para causar una buena impresión, pero la ropa no es una prioridad

Más allá de la necesidad, comprar ropa es visto como un gasto innecesario y superfluo. ¿Por qué deberían las personas pobres comprar ropa nueva y bonita, cuando apenas pueden cubrir sus gastos necesarios para vivir?

El problema está en que si no inviertes en ropa, tendrás que pagar un alto costo social por no hacerlo.

En algunos puestos de trabajo te toca comprar el uniforme, te toca gastar dinero que aun no tienes (y que no te han pagado) para poder presentarte a tu nuevo empleo.

Como es normal, el hecho de ponerte el mismo uniforme y zapatos todos los días hace este se deteriore, lo que te da una mala imagen y peor aun, te hace invertir en uno nuevo, quitándote crédito para comprar ropa diferente y presentable.

El problema es el siguiente: si eres pobre y tienes un armario presentable, las personas te dirán que eres un irresponsable con el dinero. Ahora, si vistes mal y no tienes un atuendo para la ocasión lo más probable es que no te tomen en serio, especialmente en las entrevistas de trabajo.

La manera cómo te vistes puede ser la diferencia entre tener un nuevo empleo y ni siquiera tener una oportunidad de ser tomado en serio. Este efecto es tan profundo, que la simple marca de tu ropa puede darte una ventaja sobre los demás.

Así te indigne leer esto, sabes que es verdad. Así funciona la sociedad y es lamentable.

Ahora bien, el costo de no tener ropa presentable no se queda únicamente en lo social. Tener que mantener la ropa limpia y organizada implica tiempo y dinero; y si no tienes una lavadora, te toca pasar tiempo en un lugar donde te cobran por usarla.

Esto no solo te quita dinero ya que debes pagar cada vez que vas a lavar, sino que te quita tiempo que podrías utilizar para aprender una nueva habilidad, para estudiar, para conocer personas influyentes de tu medio, o para pasar tiempo con tu familia.

La peor parte de esta situación es que pareciera ser poco importante. El simple hecho de tener que vestirte mal porque no tienes otra opción es abrumador, y para acabar de ajustar, las personas te ven diferente, te dicen que deberías cambiar de ropa y te critican por tus zapatos, camisa o pantalón.

Para la mayoría de las personas la forma cómo te vistes es visto como simple vanidad y algo que no es necesario; la comida es necesaria, un techo es necesario, el transporte también lo es. ¿Ropa nueva? No tanto. 

Si compras algo nuevo te preguntarán y te juzgarán por hacerlo, te dirán que estás quebrado por que no sabes tomar buenas decisiones… Así que puedes ignorar estos comentarios, ya que da lo mismo que te juzguen por la mala calidad de tu ropa, o por gastar tu dinero en una nueva.

Los costos para todo pueden arruinar tu presupuesto y finanzas

Evitar los costos es una cuestión de vida o muerte en los hogares donde hay bajos ingresos. Y no creas que esto no es importante, ya que cuando eres pobre tienes costos por todas partes:

  • costos por no tener una cuenta bancaria
  • costos por tener una cuenta
  • costos por pagar tarde
  • costos por pagar con determinada tarjeta
  • costos por no poder pagar los costos

Una persona puede ahogarse en los costos e intereses, lo cual afecta profundamente las finanzas de una familia que tenga dificultades económicas.

No hay mejor ejemplo de esta situación que todas esas personas que pagan con sus tarjetas de crédito a un plazo de 24 a 36 meses. Ellos piensan que es mucho más cómodo pagarlo de esa manera, lo que no saben es que terminan pagando casi tres veces el valor inicial.

Seguramente estarás pensando, «por eso son pobres, porque se gastan el dinero que no tienen». Lo que no entendemos es que no se trata de gastar lo que no se tiene, sino una cuestión de necesitarlo para vivir, de estar dispuesto a pagarlo tres veces si esto garantiza algo de comida o vivienda.

Los costos están en todas partes cuando eres pobre. Los bancos, las facturas en general, el hecho de pagar con una tarjeta, pagar algo de tu carro, pagar a cuotas, hasta los intereses por no poder pagar los mismos costos… en definitiva:

Cuando eres pobre tiene más costos que el resto de las personas.

Por todo lo que acabas de leer, no queda la menor duda de que ser pobre es algo demasiado costoso y difícil. Por supuesto que siéndolo tienes oportunidades para mejorar tu vida, pero sin lugar a dudas, la probabilidad de éxito es muchísimo menor.

En la pobreza te la pasas horas tratando de estirar tu presupuesto, horas haciendo cosas que el resto no tendría que hacer, horas trabajando por un salario que no es recompensado suficientemente.

Es duro porque vives pensando cómo llegar al siguiente mes, y no en tus planes a futuro.

Hay muchas personas que viven en esta realidad, muchas personas con capacidades extraordinarias, pero en una condición de pobreza que les impide prosperar y explotar su potencial. Puede estar en tus manos ser ese «salvavidas» que le regala una oportunidad a alguien más, que le brinda una ruta de escape a ese círculo de la pobreza.

Si puedes hacerlo, no lo dudes. Juzgar sin necesidad es muy sencillo y práctico. Ayudar, no tanto. En definitiva, ser pobre es algo demasiado costoso.

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